Sevilla tiene
una historia variada y fascinante. Los romanos gobernaron España durante más de
seis siglos pero fue la civilización musulmana la que tuvo una mayor influencia
sobre la ciudad de Sevilla durante unos 500 años. Muchos de los monumentos que
constituyen el patrimonio principal de esta ciudad provienen de dicha época:
Itálica, La Giralda, La Torre del Oro, El Patio de Los Naranjos, El Alcázar, La
Torre de la Plata, etc.
Para conocer
este inmenso patrimonio artístico explicaremos con detalle la historia y el
legado de cada uno de ellos y que podrás ver a medida que se siguen las rutas
propuestas.
PLAZA DE
ESPAÑA


Construida
para la Exposición Iberoamericana del año 1929 por el arquitecto Aníbal
González y ayudado por un buen conjunto de colaboradores, entre los que se
encontraban el ingeniero José Luis de Casso Romero y el arquitecto Aurelio
Gómez de Millán e inaugurada por su majestad el rey Alfonso XIII, quien había
colocado la primera piedra.
Fue la obra
más costosa de la exposición, llegando a trabajar en su construcción mil
hombres al mismo tiempo.
Varios
aspectos del proyecto promovieron algunos rechazos, la Academia de Bellas Artes
se opuso a la altura prevista de las dos torres que podían rivalizar con la
Giralda y el arquitecto francés Jean Claude Nicolas Forestier, diseñador del
parque de María Luisa, rechazaba la construcción de la ría que rodea la plaza, para
una ciudad con gran escasez de agua como Sevilla.
La obra
comenzó en1914, y tras la dimisión de Aníbal González como arquitecto director
de la Exposición, debido a continuos recortes en el presupuesto, asume en
septiembre de 1926 la finalización del proyecto el arquitecto Pedro Sánchez
Nuñez y en 1928 el arquitecto Vicente Traver y Tomás, termina los cerramientos
del recinto y añade en 1927 la fuente del centro de la plaza.
PLAZA DE
AMÉRICA


El arquitecto
Aníbal González presentó para la Exposición Iberoamericana de 1929 un proyecto
para el paraje (de estilo historicista o romántico), que en aquel entonces era
conocido como el «huerto de Mariana», el 16 de mayo de 1913 se le denominó la
plaza del Honor.
El edificio
del pabellón Real fue tan del gusto de los miembros de la Real Academia de
Bellas Artes que se decidió que fuera permanente.
La plaza fue
inaugurada el 25 de abril de 1916 por el rey Alfonso XIII, aunque no fue
concluida hasta cuatro años después.
Se sometió a
una restauración dirigida por Francisco González de Canales en los años
2002-2003, que afectó sobre todo a los elementos decorativos de la plaza.
MONUMENTO A
CRISTÓBAL COLÓN


En 1921 se
levanta el monumento a Colón de Sevilla como una idea de José Laguillo, que
inició una suscripción popular para financiarlo. Participaron, gratuitamente,
Juan Talavera y Heredia y el escultor Lorenzo Coullaut Valera.
Se le conoce
popularmente como la fuente del león, por la escultura que corona el monumento.
En su momento
se planteó la posibilidad de que las columnas corintias que lo componen fueran
dos de las de los hallazgos romanos de la calle Mármoles, que soportarían una
estatua del almirante, finalmente en su cima lo que se colocó fue un león al
paso que sujetaba un globo terráqueo con su garra derecha; simbolizan las
columnas de Hércules y en lo alto el imperio español.
Tiene 23
metros de altura, a media altura de sus fustes, entre ambas columnas se
encuentra representada una de las carabelas, con los nombres «Isabel y
Fernando». En su base, rodeada por la fuente, figuran dos medallones, a un lado
con la imagen de Cristóbal Colón y en el otro con el escudo de los Reyes
Católicos.
JARDINES DE
MURILL0


Hasta inicios
del siglo XX el lugar que ocupan los Jardines de Murillo eran huertas (Huerta
del Retiro) de los jardines del Alcázar de Sevilla. En 1911 el rey Alfonso
XIII, por ruego del alcalde Conde de Halcón, cedió a la ciudad estos terrenos.
El arquitecto
municipal Juan Talavera y Heredia se encargó de diseñar la estructura de paseos
y glorietas de estos jardines, y por ello se le comenzó a llamar "jardines
de Talavera".
En 1918, José
Laguillo, propuso el cambio de nombre, dedicando los jardines al pintor
Bartolomé Esteban Murillo.
En el centro
de los jardines se encuentra la Glorieta dedicada al pintor costumbrista José
García Ramos, construida en 1923.
En el lado
norte de los jardines, delimitando con las casas del barrio de Sata Cruz, se
conserva una torre y algunos trozos de lienzo de la antigua muralla de la
ciudad, en los que se ven las canalizaciones que llevaban el agua desde los
caños de Carmona hasta el Alcázar.
REALES ALCÁZARES DE SEVILLA


Los Reales
Alcázares de Sevilla empiezan a tomar su aspecto actual tras la toma de la
ciudad por los árabes en el 713. Éstos utilizaron sus dependencias como
residencia de sus gobernantes. En el 844 la fortaleza contribuyó a evitar la
invasión vikinga de la ciudad.
En un
principio se componía de varios recintos, como la Casa de los Príncipes,
viviendas que en el siglo IX iban desde la Plaza del Triunfo hasta el Barrio de
Santa Cruz.
Para llevar a
cabo la obra, fueron enviados por el rey nazarí Mohamed V importantes artesanos
toledanos granadinos, así como locales. Se amplió con la vivienda de los emires
en el siglo XI, también en el siglo XII se siguió fortificando y añadiéndole
estancias como el Alcázar o Palacio de las Bendiciones, y un siglo después los
almohades le añadieron más patios y palacios.
Tras la
Reconquista de la ciudad, en 1248, los Reales Alcázares fueron alojamiento del
rey Fernando III.
Alfonso X el
Sabio hizo las primeras reformas creando tres grandes salones góticos.
Posteriormente Pedro I el Cruel, en 1364, decidió construir el que se convirtió
en el primer palacio de un rey castellano que no estaba protegido tras los
muros y defensas de un castillo, logrando su definitivo aspecto mudéjar que hoy
conserva y que aún asombra por su esplendor. El Palacio de Pedro I es
considerado el más completo ejemplo de la arquitectura mudéjar en España.
CATEDRAL


Desde la
conquista de la ciudad, el 23 de noviembre de 1248, el edificio de la aljama, o
Mezquita Mayor, pasó a ser catedral de la archidiócesis del Reino de Sevilla.
El edificio cambió la orientación litúrgica de la mezquita, que era hacia el
sur como todas las mezquitas occidentales, por la orientación cristiana hacia
el este, colocando la Capilla Mayor en el lado de levante.
Entre los
pilares de la sala de oración se tendieron tabiques para crear capillas junto a
los muros laterales. Con el paso del tiempo los muros, paredes y pilares se
fueron cubriendo de retablos y pinturas.
A finales del
siglo XIV la mezquita estaba muy estropeada, con riesgo de ruina. El Cabildo
catedralicio pensó derribar el edificio para construir una catedral de formas
cristianas. Es el momento en que, al acabar el cabildo del viernes 8 de julio
de 1401 en que decidió iniciar un nuevo edificio para la catedral hispalense,
uno de los canónigos pronunció una frase que resume bien el espíritu de los
sevillanos:
"Fagamos
un templo tal e tan grande, que los que la vieren acabada, nos tengan por
locos."
GIRALDA

La conquista
cristiana en 1248, se centro en modificar la mezquita para convertirlo en una
catedral, por lo que no modifico el alminar, por lo que la torre estuvo 100
años mas con su forma
árabe, hasta que el grave terremoto de 1365,
destruyo la decoración superior de la torre y los 4 bolas de bronce y se
sustituyo por un acabado simple.
En pleno
renacimiento del siglo XVI surge la necesidad de dar un acabado mas estético a
la torre, añadiéndose un campanario de estilo renacentista que va a ser un
modelo para los campanarios españoles, esta tarea se encarga al arquitecto de
la remodelación de la catedral, Hernán Ruiz.
En esta
época, también se añade una estatua en la parte superior para que la torre
tuviese un remate en forma de estatua que representa la Fe. Este remate va a
ser una estatua con forma de veleta que va a ser el mayor del mundo y se va a
llamar la Giralda.
Curiosamente
a lo largo de los siglos, la gracia popular de Sevilla les cambia el nombre y
se empieza a llamar giralda a la torre y a la torre el giraldillo, que son los
nombres que han llegado hasta nosotros.
IGLESIA DEL
SALVADOR


Su
construcción, tal y como la vemos hoy, dio comienzo en 1674 bajo la dirección
del maestro de obras Esteban García, finalizando en 1712 a manos del arquitecto
Diego Antoio Díaz, tras la importante intervención en ella de Leonardo de
Figueroa.
A mediados
del siglos XIX la iglesia cambió de rango, pasando de colegial a parroquia, lo
cual supuso el comienzo de una nueva serie de obras para adecuarla a su nuevo
cometido, perdiendo además parte de su patrimonio artístico. Fue también en
este tiempo cuando se concluyeron las tres portadas de su fachada principal,
que fueron enmarcadas según el diseño del escultor Diego López en 1889 ; y solo
unos años después, en 189, se instaló en su frente la verja de hierro fundido
como elemento de aislamiento y protección.
Más tarde
volvería a ser sometida a un profundo trabajo de restauración que no finaliza
hasta el 2008.
Bien de
interés cultural, la iglesia del Salvador de Sevilla está catalogada como
monumento desde 1985.
BASÍLICA DE
JESÚS DEL GRAN PODER


El templo se
levanta en el año 1965 y es obra de los arquitectos Antonio Delgado y Roing y
Alberto Balbotiín de Orta. Justo al lado del templo y con frente a la misma
plaza se encuentra la Casa de Hermandad de la Hermandad del Gran Poder,
proyectada por los mismos arquitectos.
En el año
1993 se le otorgó al templo el título de Basílica Menor.
Se encuentra
situada en la plaza de San Lorenzo ,en pleno Casco Antiguo de la ciudad. Su
ubicación se concreta en el extremo de una de las caras de la plaza, formando
ángulo con la parroquia de San Lorenzo, una iglesia del siglo XIII de estilo
gótico-mudéjar reformada en el siglo XVI, que fue la anterior sede del Gran
Poder hasta antes de la construcción de esta basílica.
BASÍLICA DE
LA MACARENA


La Hermandad
de la Macarena residía antaño en la vecina iglesia parroquial de San Gil, uno
de los templos más antiguos de Sevilla, que limita pared con pared a la actual
basílica. Cuando San Gil se quedó pequeña ante el enorme número de hermanos en
la Salve de los sábados, la Hermandad decidió construir un templo propio, cuya
primera piedra la colocó el cardenal Segura el día 13 de abril, domingo de
Resurrección, del año 1941. La obra se encargó al arquitecto Aurelio Gómez
Millán, y fue inaugurada el 18 de diciembre de1949, festividad de la Esperanza.
El título de
Basílica Menor fue otorgado por el Papa Pablo VI en 1966 y declarado
públicamente por el cardenal Bueno Monreal el 7 de octubre de ese mismo año.
MONASTERIO
DE SANTA MARÍA DE LAS CUEVAS (MONASTERIO DE LA CARTUJA)


Los almohades
en el siglo XII usan el lugar para la fabricación de cerámicas en hornos
alfareros de cocción aprovechando la abundancia de arcillas de la zona. La labor continúa por los habitantes cristianos de Triana, donde nace la leyenda del hallazgo de una imagen de la Virgen María en una de las cuevas y se construye la Ermita Santa María de las Cuevas.
alfareros de cocción aprovechando la abundancia de arcillas de la zona. La labor continúa por los habitantes cristianos de Triana, donde nace la leyenda del hallazgo de una imagen de la Virgen María en una de las cuevas y se construye la Ermita Santa María de las Cuevas.
En 1400 se
crea el Monasterio de la Virgen de las
Cuevas, gracias al Arzobispo Gonzalo de Mena y
la contribución de la noble familia Ribera, a finales del siglo XV ,se
establece la Orden de los Cartujos, funcionando como tal hasta ya a comienzos
del siglo XIX.
En 1810,
durante la invasión francesa fue saqueada, haciendo desaparecer todo rastro
decorativo, expulsando a los cartujos y siendo utilizada por el ejército
extranjero como cuartel general. La iglesia la convirtieron en cuadra.
Posteriormente se crea la fabrica de loza al estilo inglés,
por el comerciante ingles Carlos Pickman, comprándolo en 1840. Se levantaron
los diez hornos de botella que dan originalidad al conjunto monumental y estuvo
funcionando en el monasterio hasta 1982, fecha en que es desalojado.
Fue declarado
Monumento Nacional en 1964, transfiriéndose en 1982 al gobierno de Andalucía.
Durante
Exposición Universal de 1992 se transforma en pabellón real y a partir de 1997
es sede el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y Museo de Arte Contemporáneo
de Sevilla.
BARRIO DE
TRIANA

Triana ha
sido tradicionalmente un barrio de marineros, obreros, alfareros e
industriales, convertido en famoso por sus toreros, cantaores y bailaores de
flamenco. Durante siglos tuvo una importante presencia del pueblo gitano o
romaní.
Según los
trianeros, Astarté, diosa de las estrellas y gran madre de la naturaleza y la
fertilidad, habría fundado Triana cuando llegó a la zona huyendo de Hércules.
Su mayor desarrollo en la población tendría lugar en época musulmana,
organizándose el barrio en torno al Castillo de Gabir y que guardaba este punto
de paso en el camino hacia Huelva y el puerto comercial.
En 1248, al
asediar la ciudad, Fernando III de Castilla destruyó el castillo y el puente de
barcas asentado sobre poderosas cadenas. Tras la conquista castellana, el
castillo fue entregado a la aragonesa Orden de Caballería de San Jorge, que le
dio nombre a partir de entonces y lo conservó hasta 1280; entonces fue
convertido en la primera parroquia cristiana y, en 1481, en la sede del
Tribunal de la Inquisición.
La proximidad
al río propició las numerosas inundaciones, siendo especialmente graves las de
1435, 1440, 1545 y 1554. Algunos azulejos señalan la altura a la que llegó el
agua en determinadas calles.
En el siglo
XVI hubo en el interior de Triana otro arrabal, el de Portugalete, formado por
una colonia de emigrantes portugueses atraídos por el comercio con las
Américas. Durante un tiempo perteneció al Conde-Duque de Olivares, en su
fracasado intento de hacerse con las propiedades del cabildo sevillano.
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